EN EL PAU DE VALLECAS El Alcatraz de Gallardón Las siete viviendas de la EMVS no disponen del 'elefonillo en la puerta La única forma de entrar es avisando por el móvil o a gritos

    Siete edificios construidos por la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS), y entregados hace apenas 15 días, se han convertido en una roca inexpugnable pero para sus propietarios si vienen de la calle o sin llaves. Los 140 pisos, que están protegidos por una verja perimetral, no disponen de una herramienta básica en el siglo XXI para comunicarse en una comunidad de vecinos: el telefonillo automático de la puerta.

De hecho, los propietarios recién estrenados se pasan el día haciéndose llamadas perdidas en el móvil para que alguien que ya esté en su piso baje a abrirles la puerta o, rememorando épocas casi medievales, avisan a grito pelado para poder entrar en sus viviendas.

Eso sí, los responsables del proyecto sí que han colocado un portero automático en cada puerta de acceso a cada uno de los siete portales, aunque para poder llegar a pulsar estos botones hay que saltar una verja totalmente incomunicada.

Además, el recinto incluye tres locales comerciales que todavía no están en funcionamiento, pero que nadie se explica cómo podrán abrir al público cualquier tipo de actividad con una verja infranqueable de por medio.

Algunos de los vecinos que recibieron su llave hace unos días, en un macroacto organizado por la EMVS para Alberto Ruiz-Gallardón en el recinto ferial de la Casa de Campo, se llevaron la grata sorpresa de la encerrona en cuanto fueron a revisar sus viviendas.

Cuando uno de los propietarios entraba, sus familiares se quedaban en la calle a prueba de gritos. «Nos pasamos el día haciéndonos llamadas perdidas o con gritos para avisar. Y además tienes que subir y bajar cada vez que viene alguien a verte. Es increíble».

La comunidad de vecinos de estos 140 pisos no se constituye hasta hoy, pero ya hay algún que otro vecino que se ha quejado a los responsables de la EMVS: «Dicen que no hay telefonillo porque no estaba en el proyecto original que ganó el concurso de ideas. Pero si es de sentido común», asegura uno de los afectados.

«Y eso que el alcalde de Madrid aseguró que estos edificios se habían construido con los mejores materiales y las últimas tecnologías en el acto de entrega», se quejan otros adjudicatarios.

Pero el timbre, o más bien la falta de un timbre, no es la única sorpresa desagradable que se han encontrado los dueños al visitar las que serán sus casas por sorteo.

El exceso de puertas para entrar a las viviendas se ha quedado corto en el garaje. «Para encerrar el coche en el aparcamiento se tiene que superar la verja inicial pero luego no hay ninguna puerta. Así que si alguien salta la valla puede entrar directamente al garaje y de ahí, se puede acceder a las viviendas y a los trasteros directamente», insiste una afectada.

En la revisión de cosas fuera de lo normal, «o más bien lejos del sentido común», están también las terrazas. «El suelo de la terraza decían que iba a ser de madera de teca y es como de un enrejado. Si sales con un cubo de agua y se te cae, pones perdidos al resto de pisos que hay por debajo. Dicen que así no computan como metros pero no se entiende», añaden.

Los vecinos no entienden que unos pisos de diseño, como alardean los responsables municipales de vivienda, en una promoción pública y anunciados en un acto masivo con el propio alcalde, tengan las deficiencias que presentan estos 140 pisos.

Por su parte, la EMVS aclaró que todo lo se ha realizado y construido en esta comunidad «es lo que está en el proyecto» y que «cumple con la normativa».

Aunque no quieren reconocer su error, adelantan que «si cuando se constituya la comunidad de vecinos hay una queja formal para solicitar un telefonillo, se contemplaría una posible solución. Pero como a día de hoy no hay ninguna petición oficial, pues nada».

A los vecinos sólo les queda repartir llaves entre todos sus familiares para no tener que bajar a abrir la puerta a media noche.