La policía tiene orden de dispersar a los ilegales para disimular su presencia. Los deja en el metro de Madrid con un bocadillo y una botella de agua.
Un bocadillo, una botella de agua, un billete de metro y la dirección de alguna ONG. Esa es la situación en la que la Policía deja a los inmigrantes ilegales que llegan en los «vuelos de la vergüenza» tras ser trasladados desde las islas a la Península.
Una orden de la Jefatura Superior, establece que los agentes deben dejar en el metro a los inmigrantes para que no se queden en las inmediaciones de los centros, como ocurría hasta hace no mucho en la antigua cárcel de Carabanchel, en Madrid, donde los vecinos se quejaban de que los indocumentados vagabundeaban por la zona, ya que no tenían dónde ir, no conocían a nadie, ni hablaban español pues la mayoría eran subsaharianos. El aumento de los vuelos -se producen casi a diario, con unos 80 ilegales por viaje- ha obligado a esta medida. |
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