En Madrid hay 337.000 extranjeros con tarjetas sanitarias, lo que supone un aumento del 684% desde el año 2000. Según el consejero de sanidad de nuestra Comunidad, Manuel Lamela, el 55% de ellos no tienen recursos por lo que no aportan ningún ingreso al sistema.

Mientras la mayor atención hospitalaria de la población autóctona se produce entre los 60 y 80 años en la población extranjera se produce de los 20 a los 40.

Según el consejero de sanidad valenciano "padecen otro tipo de patologías diferentes y acuden con mucha mas frecuencia a la atención primaria que los españoles". Sus costumbres les convierten en una población de mucho mayor riesgo por lo que hay que incrementar el gasto en "la vigilancia epidemiológica y crear grupos específicos que atiendan esta nueva realidad"

De nuevo los datos demuestran que el fenómeno migratorio que vivimos genera muchos más gastos y conflictos que beneficios. Los recién llegados ocupan las franjas de salarios más bajos, son por tanto los que menos cotizan. Sin embargo son los que más ayudas obtienen del estado, desplazando a los madrileños que antes recibían estas ayudas y poniendo en peligro la estabilidad del sistema de coberturas sociales. ¿Será tarde cuando alguien intente regular todos estos desmanes?