Londres. Los «tories» proponen un «carné por puntos» para limitar la entrada de
Fecha Domingo, 19 Noviembre a las 09:50:54
Tema Puerta de Europa


Inglaterra. Los «tories» proponen un «carné por puntos» para limitar la entrada de extranjeros a Gran Bretaña.

La nueva propuesta «tory» es simple: vincular la entrada de nuevos inmigrantes a la capacidad de los servicios públicos para absorberlos. Como resulta imposible controlar los flujos provenientes de la Unión Europea, Cameron pretende recortar drásticamente la cuota de trabajadores extracomunitarios.Una pieza clave del sistema sería el «carné por puntos», una vieja idea que el líder conservador ha rescatado en los últimos días y que también forma parte de los planes laboristas.



Tras consolidar su imagen moderada abordando asuntos tan poco propios de la derecha como el ecologismo o la justicia social, David Cameron se ha atrevido a pisar uno de los terrenos tradicionales del Partido Conservador británico: la inmigración. Y, fiel a su estilo centrista, lo ha hecho combinando piezas del ideario «tory» con los ingredientes más populares del laborismo. Así, el joven líder propuso reducir «significativamente» el número de inmigrantes que se instalan cada año en las islas británicas desde fuera de la UE. Eso sí, para extraer el máximo jugo económico a los recién llegados, estudia instaurar una especie de «carné por puntos» que dé prioridad a los trabajadores más cualificados.

La nueva propuesta «tory» es simple: vincular la entrada de nuevos inmigrantes a la capacidad de los servicios públicos para absorberlos. Como resulta imposible controlar los flujos provenientes de la Unión Europea, Cameron pretende recortar drásticamente la cuota de trabajadores extracomunitarios.

Cada año, los conservadores consultarían con distintos agentes sociales para establecer una cifra concreta que tendría en cuenta las necesidades empresariales, el impacto medioambiental, la cohesión social y los efectos sobre servicios como la educación o la sanidad. «Decimos sí a la inmigración, pero aprovechando al máximo sus ventajas económicas: eso es una política sensata», aseguró Cameron.

Una pieza clave del sistema sería el «carné por puntos», una vieja idea que el líder conservador ha rescatado en los últimos días y que también forma parte de los planes laboristas. Ya que el número total de inmigrantes caerá sustancialmente, los «tories» quieren que su efecto se note sustancialmente, para lo que pretenden atraer a los que más aporten a la economía y espantar a los que supongan un lastre. De ahí que un informático
o un ingeniero vayan a disfrutar de más papeletas para obtener un permiso de residencia que un pintor o un albañil: las empresas británicas necesitan más de los primeros y menos de los segundos. «Estos criterios permitirán que cada inmigrante que admitamos contribuya positivamente a nuestro PIB y nuestras finanzas públicas», señala un informe del partido.

Con este enfoque puramente económico, Cameron pretende atraer a los votantes preocupados por la llegada de trabajadores foráneos sin que nadie pueda acusarle de xenofobia. El momento no podría resultar más propicio: recientemente, se ha sabido que la inmigración ha alcanzado cifras récord con los laboristas hasta alcanzar un saldo neto de 185.000 personas. Además, el Gobierno se dispone a anunciar nuevas medidas de control de las fronteras en el tradicional Discurso de la Reina, en el que se detalla el programa legislativo de cada año, por lo que el líder conservador ha querido adelantarse a la jugada.

Una apuesta arriesgada

Aún así, la estrategia no está exenta de riesgos. Los «tories» se presentaron a las pasadas elecciones con un programa de tintes populistas que proponía severos recortes en la inmigración. Sin embargo, los votantes se decantaron claramente por los laboristas, que centraron su campaña en la economía, la educación y la sanidad. De ahí que Cameron haya esquivado este asunto hasta la fecha, aunque sea uno de los que más preocupan a sus militantes. Según él, sólo podía apuntalar sus credenciales centristas ante los electores indecisos, los que acaban decidiendo las elecciones, si abandonaba este terreno «cómodo» durante sus primeros meses al frente del partido.

A punto de cumplir su primer aniversario en el cargo, parece que el joven líder «tory» se ve con fuerzas de entrar en el debate, aunque sea con un mensaje relativamente borroso. Los laboristas no han tardado en cuestionar la viabilidad de sus planes, puesto que los conservadores no apoyan su proyecto de introducir carnés de identidad, un «arma clave» para luchar contra la inmigración ilegal. Pero estos ataques no han intimidado a Cameron, que sabe que la gestión de las fronteras será uno de los asuntos más importantes en las elecciones. «Nuestro mensaje es sensato, realista y compasivo», recalcó Damian Green, su especialista en la materia.







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