De acuerdo con un informe del Ministerio del Interior británico, un creciente número de nativos británicos está engrosando las filas del terrorismo islámico. El informe, aparecido con occasion del primer aniversario de los atentados del 7 de Julio en el metro de Londres, también revelan que los conversos y otros musulmanes británicos están iniciándose en la “carrera terrorista” después de haber sido el objetivo de reclutadores o predicadores extremis.

El informe revela llamamientos realizados por al-Qaida el pasado mes de abril a los conversos británicos para que se conviertan en terroristas suicidas dado que resulta más fácil para ellos viajar y eludir los controles antes de realizar sus ataques. El documento, realizado por funcionarios del servicio de información MI5 y los ministerios de interior y asuntos exteriores, afirma también que 16.000 musulmanes británicos "apoyan" los ataques terroristas tanto en el Reino Unido como en el extranjero.

El documento, denominado "Extremismo y Jóvenes musulmanes" y preparado para el primer ministro, tamobién revela que el 13 por ciento - 208,000 musulmanes – apoyan los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra los Estados Unidos, mientras que el 26 por ciento - 416,000 musulmanes- han admitido que no sienten lealtad hacia el Reino Unido. El informe revela que los musulmanes reclutados por grupos terroristas incluyen “tanto nacionales de origen extranjero ahora naturalizados y residentes en el Reino Unido y procedentes en general del Norte de Africa y Oriente Medio como ciudadanos británicos de Segunda y tercera generalción procedentes de Pakistán o Cachemira.

"Además, en tanto que muchos han crecido en hogares musulmanes, muchos sin embargo proceden de entornos liberals e islámicos no practicantes, y se han convertido al Islam durante su edad adulta. Estos conversos incluyen nativos británicos e incluso británicos de origen antillano." Entre los terroristas conversos se encuentra Richard Reid, el llamado terrorista del zapato, que tiene un organ mezclado, de madre inglesa y padre jamaicano. En diciembre del ano pasado se supo que una belga casada con un marroquí y convertida al Islam tomó parte en un ataque contra fuerzas americanas en Irak.

Esta mujer de 38 anos procede de una familia de clase media de la ciudad belga de Charleroi. John Walker, un Americano convertido al Islam, se unió a los Talibanes en 2001 y fue más tarde capturado por el ejército Americano y acusado de terrorismo. Fue sentenciado a 20 anos de cárcel. Los funcionarios del ministerio de interior confirmaron que existía un problema de radicalización entre los conversos musulmanes pero no quisieron dar cifras exactas sobre sospechosos de terrorismo.

El informe continúa: " Un significativo mnúmero de jóvenes musulmanes radicalizados ha sido reclutado después de sólo un encuentro, a veces incluso casual. "Estos jóvenes han sido exhortados a mantener un perfil bajo y a no desarrollar una red de militantes que compartan sus ideas al igual que muchos otros extremistas islámicos." Bajo el título "Conclusiones clave", el informe afirma: "Parte de la comunidad musulmana teme que el gobierno, los medios de comunicación y la sociedad los contemple con sospechas y hostilidad, y se sienten acosados por ello. "Algunos musulmanes se sienten ansiosos y enfadados debido a los arrestos e investigaciones de las autoridades antiterroristas, que ven como abusivas y desproporcionadas." Patrick Mercer, el ministro de interior en la sombre de la oposición conservadora, afirmó: "Osama bin Laden ha animado a los blancos no sólo a convertirse al Islam sino a convertirse en terroristas suicidas. Debemos permanecer atentos a esta amenaza y darnos cuenta de que no todos los terroristas responden a un estereotipo racial."

La semana pasada, “The Sunday Telegraph” reveló que los responsables de inteligencia temen de que un ataque con armas químicas o bacterológicas a Londres es sólo cuestión de tiempo. El aviso ha tenido lugar solo 3 semanas después de que 250 policías irrumpiesen en casa de dos hermanos musulmanes en Forest Gate, en el Este de Londres, creyendo equivocadamente que ambos hermanos estaban desarrollando una bomba química.