La realidad de los pirineos. Fonteras sin agentes.
Los pasos aparentan a primera vista carecer de personal necesario y, a excepción del situado en La Junquera, carecen de ropa adecuada para el frío, vehículos apropiados y material para efectuar los controles nocturnos en carretera de montaña». Es más, salvo en el punto mencionado, el resto «carecen de control en horas nocturnas por falta de personal». |
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Trabajar de policía en Los Pirineos, uno de los «puntos calientes» de la inmigración, puede resultar especialmente duro. Así lo expone un informe de la Comisaría General de Extranjería y Documentación del 3 de mayo en el que se analiza la situación de los pasos fronterizos hispano-franceses y en el que se alude a la falta de personal y al frío que soportan los agentes. «Los pasos aparentan a primera vista carecer de personal necesario y, a excepción del situado en La Junquera, carecen de ropa adecuada para el frío, vehículos apropiados y material para efectuar los controles nocturnos en carretera de montaña». Es más, salvo en el punto mencionado, el resto «carecen de control en horas nocturnas por falta de personal».
El informe añade que esta circunstancia sucede incluso en el paso de Le Perthus (localidad mitad francesa, mitad española) donde «se tiene que hacer cargo en algunas ocasiones puntuales la Unidad de Intervención Policial (UIP) de Barcelona e incluso, a falta de ésta, los Equipos de Investigación de la Comisaría General de Extranjería y Documentación y la UCRIF de Barcelona». Este paso está compuesto por una simple cabina de vigilancia situada en el centro de la N-II, pero «por el lateral pavimentado cualquier inmigrante irregular puede pasar inadvertido entre la multitud de personas que allí transitan». Es más, «se detectan pasos de turismos cargados de maletas y con un solo ocupante, prueba de que pasan caminando entre la multitud, en tren, desde Perpignan a Figueras o como pasajeros del autobús de transporte público o de línea que une las localidades de Le Perthus y La Junquera», expone el documento».
«Por la noche es cuando más tráfico de extranjeros hay y cuando las “pateras rodantes” aprovechan para introducirse en España, precisamente porque saben que es cuando hay menos personal vigilando», detallaron fuentes policiales.
Se da la circunstancia de que en el paso gerundense de Port Bou «la comisaría francesa que podría hacerse cargo de los inmigrantes que no reúnen los requisitos de entrada a España cierra a las nueve de la noche, con lo que los autobuses a los que se les prohíbe la entrada a partir de esa hora tienen que ser trasladados a La Junquera para que allí la Policía gala se haga cargo de ellos. Dos agentes policiales deben acompañar al autobús, lo que supone tres horas de viaje. Así que, si en ese tiempo llega otro autocar, tiene que esperar», añadieron las mismas fuentes. Lo mismo ocurre en Port Bou. Además, las carreteras comarcales no pueden ser controladas por dispositivos móviles de policías por falta de personal».
En cualquier caso, sea por el día o por la noche, el informe de Extranjería admite que los «pasadores» de personas, en caso de serles denegada la entrada en los pasos de Gerona, «trasladan a sus víctimas a las entradas por carretera que acceden a España, pero no vuelven a sus países».
La Confederación Española de Policía ha denunciado que, de las 30 plazas convocadas para La Junquera en el último concurso general de traslados, resuelto hace dos semanas, se han cubierto sólo dos por falta de peticionarios. En cambio, ha habido 25 funcionarios allí destinados que han solicitado cambio de destino, pero sólo se ha concedido a tres, «luego hemos perdido un agente».