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Alberto Grasa. Iniciativa Habitable quiere promover la protección de la mayor superficie posible de nuestro país, y darle la categoría del Banco de España.
¿ Quien puede imaginar a un gobierno ( del signo que sea) permitiendo que las reservas de oro y divisas del Banco de España jugasen en bolsa o se vendiesen a particulares? Las reservas de metales preciosos y moneda, son intocables. Son la base para que un papelito azul donde pone "20 euros" sea equivalente a llenar de comida una cesta (pequeña), y nadie cuestiona que éstas reservas estén bajo siete llaves. ¿Pero por porqué no ocurre lo mismo cuando se trata de nuestras fuentes de energía, materias primas o el potencial productivo de nuestras tierras?
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De todas formas uno se pregunta por el valor real de un metal amarillo con el cual se pueden fabricar cuatro cosas. Se pregunta por las divisas basadas en lo mismo pero en otro país, i muy poco para ser la base de nuestra economía! Si basáramos la economía en fábricas o manufacturas nos ocurriría lo mismo. Pueden ser inservibles mañana, ya no ser que sean reciclables tampoco nos sirven de base. Pensando de modo descartiano y cuestionando todas las posibles bases hasta que llegaríamos a la real: las Materias Primas.
Las Materias Primas tradicionales son las fuentes de energía, los metales y el potencial productivo de la tierra.
En el caso de los metales España no es que sea un país de referencia a excepción de las minas de mercurio, metal que cada vez se usa menos.
Las fuentes de energía del futuro deberán ser las de origen renovable por la cuenta que nos trae. A más veranos que pasemos achicharrados y más miedo le tengamos a todo tipo de residuos, más se intentará evitar el consumo de combustibles fósiles y materias peligrosas (de momento lo que nos transija la gran industria, petroleras, nucleares y demás).
Su potencial depende de lo cuidado que esté nuestro Medio, la biomasa, el agua de las hidroeléctricas "ahorrada" por los árboles para los veranos, de la energía acumulada en olas y viento. Mientras dependamos de combustibles fósiles, que al quemarse desprenden gases de efecto invernadero y tóxicos, necesitaremos una buena cubierta arbórea que absorba la mayoría de ellos.
En cuanto al potencial productivo de la tierra encontramos que el 80% de nuestro país tiene la cuarta parte de riqueza que cualquier suelo de Europa o América, siendo optimistas. Es en el 20% restante donde se produce la casi totalidad de nuestras exportaciones alimentarías o productos de mayor consumo interno.
Sin embargo, el agua, recursos genéticos, e inclusive "tierra" se acumulan en nuestro "suelo pobre". Los ricos invernaderos del mediterráneo no sólo viven del agua que baja de las montañas "pobres", sino que al cabo de unas cuantas cosechas muchos "tiran" la tierra del invernadero y ponen otra procedente de los montes que no está contaminada por plagas o agotada su riqueza mineral.
Queremos promover la protección de la mayor superficie posible de nuestro país, y darle a esos territorios la categoría del Banco de España. Esto no es ninguna locura si se han entendido los párrafos anteriores.
Desde luego no se puede proteger la totalidad de ése terreno a espaldas del ciudadano. Las zonas donde hay población necesitan vías de desarrollo. Un desarrollo que, aparte de sostenible sería el idóneo para todo el País, haga de los territorios protegidos santuarios naturales en los que el paisano no tenga motivos para protestar (hasta ahora muchos piensan que se les expulsa de su casa para que pasten los ciervos).
Nos sobran los proyectos y alternativas para ello. No sólo el tan manido uso turístico, sino el producto natural certificado, el aprovechamiento de los excedentes de la riqueza natural o inclusive la caza y pesca, que bien reguladas no tienen porqué acabar con la fauna.
Todas ellas sin recurrir a la urbanización, el nuevo embalse o cualquier acción desertificadora del terreno. Cuando desde la Iniciativa nos movemos por amor a nuestro paisanaje no sólo incluimos a nuestra gente y cultura sino también al horizonte de la España que nos vió nacer y que quisiéramos conociesen nuestros hijos. Pero pensamos en positivo, dándole el valor que realmente tiene ésa reserva natural, que aparte de ser belleza es también, por mucho que le cueste creer a algunos, nuestro gran tesoro económico
