El ministro alemán del Interior, Wolfang Schauble, dijo que se había dirigido «en términos poco diplomáticos» al secretario de Estado español de Seguridad, Antonio Camacho, quien, sin embargo, luego lo negaría todo diciendo que el representante alemán «no me ha mencionado absolutamente nada».

 

El titular alemán había dicho ayer a los periodistas que en el caso de Canarias «hay que salvar a los emigrantes que son encontrados en el mar, pero a largo plazo no se puede dar bazas a las redes» que organizan la travesía desde las costas africanas hasta las Canarias. El ministro declaró abiertamente que le había reprochado a Camacho que la legislación española que deja en libertad a las personas que han llegado a España si no han podido ser repatriadas en 40 días «es publicidad para las mafias organizadas».

 

El secretario de Estado español reconoció que había hablado con Schauble en una reunión bilateral durante el consejo de minisrtos que se celebró ayer en Luxemburgo, y que había salido a relucir el tema de las repatriaciones, en el que ambos estaban de acuerdo en que debían ser reforzadas. Pero en cuanto a las críticas, aseguró que no le había hecho mención alguna. «Supongo que habrá sido una equivocación», señaló.

 

Fuentes comunitarias confirmaron que, en efecto, en el plenario no se habló en los términos que decía el ministro alemán, pero reconocieron que estas críticas al sistema español «no son nuevas. Se trata de un problema conocido». El predecesor del democristiano Schauble, el socialdemócrata Otto Schilly, ya había criticado expresamente la política española, en concreto la decisión de regularizar a setecientas mil personas el año pasado. En el Consejo (al que no asistió el titular Alfredo Pérez Rubalcaba, que todavía no se ha estrenado en reuniones europeas), España logró de todos modos el apoyo general ante la llegada masiva de emigrantes africanos a Canarias, aunque ello no se plasmó de una forma concreta todavía, a la espera de una reunión de la agencia Frontex.