“Marzo ventoso y abril lluvioso hacen a mayo florido y hermoso” dice el refranero castellano, pero las floraciones se adelantan y mueren con los fríos tardíos, los vientos cada día son más huracanes y llover, lo que es llover...

 

            Ante el cambio climático que ya estamos padeciendo se hacen necesarias medidas que, desde Iniciativa Habitable, llevamos tiempo proponiendo; la regeneración forestal, la política efectiva de ahorro de agua y recursos, etc. para paliar sus efectos, y lo proponemos a nivel de toda España, ya que al considerar a todos los españoles copropietarios de todo el territorio nacional, a diferencia de la moda ( esperemos que sea una moda ) independentista actual.

 

La primera medida es la regeneración forestal antes mencionada; habrá quien dirá “qué tiene que ver el tocino con la velocidad”... pues poco, pero el agua con la vegetación mucho, de hecho van íntimamente ligados.

 

Se rumorea que las masas boscosas atraen la lluvia, no es del todo exacto y más vale aclararlo: Los árboles “sudan” el 99% de la humedad que retienen, con lo que a veces, en condiciones de alta humedad relativa, ése pequeño aporte de los árboles ( y un ejemplar medio puede contener 2.000 litros ) puede provocar la saturación del aire y llover. Pero lo auténticamente decisivo es su influencia en el llamado “punto de rocío” o PR. El PR es la temperatura a la cual, con una determinada humedad atmosférica, el vapor de agua se condensa y llueve, y aquí sí que son decisivas las masas forestales; se explica mejor con un ejemplo:

 

Un día soleado de verano, a 40º y con un 50% de humedad relativa, tiene un PR a 27º, es decir, tendría que bajar de golpe 13 grados la temperatura para que lloviese; pero muchos días pasan franjas de aire cargadas de humedad, pongamos al 80% y sigue haciendo un terrible calor de 40º, pero ahora el PR está a tan sólo 36º; si ésto ocurre el un terreno semidesértico como tenemos en media España, el suelo está ardiendo y es muy difícil que baje la temperatura, la humedad se va... pero si atraviesa una zona sombreada por árboles y refrescada por la humedad que transpiran éstos, gran parte del vapor de agua se condensará sobre ellos resbalando al suelo, y la parte que no atrapen las raíces irá a los arroyos.

 

Por otro lado, los árboles y la vegetación arbustiva bajo ellos contribuyen a que el agua de la lluvia no vaya en torrente hacia los pantanos a través de los ríos, sino que se va “soltando” poco a poco, lo que no sólo evita las temibles riadas, sino que mitiga las sequías, ya que un pantano saturado en primavera ha de abrir sus compuertas para aliviarse, perdiéndose toda esa agua, pero si una gran masa de bosque cubre los montes circundantes, la balsa de agua tendrá un aporte contínuo durante mucho tiempo, que podremos aprovechar para el consumo y la producción eléctrica.

 

Esta defensa de nuestros bosques desde Iniciativa Habitable, que en éste artículo tratamos de razonar muy por encima, ya que hay mucha más miga, se basa en nuestra creencia de que todo el patrimonio natural español ha de ser cuantificado económicamente y así poder defenderlo ante el Dinero con sus mismas armas, pues, aunque muchos amemos la naturaleza de por sí, como la obra de ingeniería de Dios, es necesario dar a entender al Dinero que la conservación no es incompatible con él, sino que mutuamente se apoyan, que un bosque no es un terreno desaprovechado donde debería haber una urbanización ni tampoco un santuario para no pisar sino un patrimonio útil a proteger y engrandar.