La «guerra de las viñetas» ha abierto un debate mundial sobre el respeto a los derechos de las comunidades religiosas. Pero a la hora de hablar de la libertad de culto y de la persecución por motivos religiosos la problemática es mucho más amplia y la realidad bien distinta. No hay más que acudir a informes como los realizados por la organización Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) o la Comisión para la Libertad Religiosa de Estados Unidos, para comprender que son los cristianos la confesión más perseguida del globo. Estudiosos del tema, como el holandés Orbán de Lengyelflva, incluso se han atrevido a elevar hasta 140.000 la cifra de los cristianos asesinados cada año por motivos religiosos.

   AIN radiografía anualmente la persecución por causa de la fe en su «Informe sobre la libertad religiosa en el mundo». El estudio centra su atención sobre los problemas que viven los cristianos en los paises islámicos, donde rezar en público, lucir una cruz o celebrar misa son delitos. También señala el deterioro de la situación en las ex-repúblicas soviéticas y en los países comunistas. En total, 60 naciones donde los cristianos son considerados «malditos».
   
   Alianza de civilizaciones. Ni siquiera Turquía, el más abierto de los países de mayoría musulmana y que aspira a ingresar en la Unión Europea, se salva en este análisis. En su último informe, la organización denuncia que el respeto por las minorías religiosas «sigue siendo totalmente insatisfactorio». Como ejemplos apunta que es imposible para los cristianos acceder a los cargos públicos, tanto civiles como militares, y la prohibición para construir iglesias. Parece que Recep Erdogan, el primer ministro turco abanderado, junto a Rodríguez Zapatero, de la «alianza de civilizaciones», debe comenzar a trabajar en su propia casa.

   Este estudio es completado por el informe que la Comisión para la Libertad Religiosa Internacional, presenta cada año a la Secretaría de Estado norteamericana. En él elabora una lista con los «países de especial preocupación» compuesta por las naciones cuyos gobiernos «están implicados o toleran violaciones sistemáticas y graves del derecho universal de libertad de religión o creencia». Uzbekistán, Myanmar (Birmania), Corea del Norte, Eritrea, Irán, Pakistán, China, Arabia Saudí, Sudán, Turkmenistan y Vietnam, integran este negro elenco en 2005. De nuevo naciones con regímenes comunistas o de mayoría islámica donde son los cristianos los principales damnificados por esta ausencia de libertad.

   A pesar de estos amplios informes, las consecuencias de esta silenciosa y sistemática persecución religiosa son difíciles de evaluar, dada la dificultad de recopilar todos los casos. En este sentido, el historiador holandés Orbán de Lengyelflva, ha apuntado en dos estudios sobre el tema la cifra de 140.000 cristianos asesinados cada año. «Obviamente no hay ninguna lista con todos esos nombres, pero me refiero a datos estadísticos», apunta. El experto señala también que entre las víctimas de esta violencia hay una mayor proporción de protestantes. «Es por su manera de vivir el cristianismo. Los católicos creen, pero no evangelizan tan abiertamente como los cristianos protestantes. Por ello son más conocidos y por tanto sufren más violencia», explica en una entrevista concedida a la agencia Zenit