Cerca de 53000 extranjeros cobran ya alguna prestación económica del Inem. Una cifra que crece a un ritmo siete veces superior a la de los españoles. Prácticamente, el 80% de los beneficiarios de una prestación económica son de origen extracomunitario, destacando los de origen marroquí, de donde procede la cuarta parte de quienes cobran el desempleo. Esto puede deberse a que la mayoría trabaja en ocupaciones relacionadas con el campo o la construcción, donde la rotación y la precariedad en el empleo es mayor. A continuación se encuentran los ecuatorianos y los colombianos.

Los datos de los servicios públicos de empleo -el antiguo Inem- no dejan lugar a dudas. Casi 53.000 inmigrantes cobran en estos momentos alguna prestación económica por encontrarse en situación de desempleo. La cifra puede parecer pequeña. De hecho, apenas representa el 4,3% sobre el total de beneficiarios. Lo chocante es el ritmo al que crece esta variable en un contexto de fuerte creación de empleo, aunque ayer el Inem reflejara 14.457 parados más en el mes de julio.

El incremento de beneficiarios extranjeros en lo que va de año -respecto al mismo periodo del ejercicio anterior- es del 21,6%, mientras que en 2004 respecto al año precedente la tasa de aumento fue del 25%. Esto significa que la demanda de prestaciones por desempleo por parte de los trabajadores extranjeros crece unas siete veces más que en el caso de ocupados nacionales, lo que pone de manifiesto que la temporalidad y la precariedad en el empleo

La mayor rotación en sus empleos les obliga a salir y entrar en el Inem con bastante asiduidad. Y así se explica que si en 2003 tan sólo el 3% de los beneficiarios era inmigrante, en estos momentos se alcance el 4,3% citado, lo que supone un gasto estimado de unos 41 millones de euros, según el Inem.