Desde principios del pasado mes de septiembre, los vecinos del barrio del Raval en Barcelona se hallan inmersos en una solitaria protesta, por la ilegal construcción de una nueva mezquita.
La Asociación de Vecinos del Raval, por medio de su presidente Pepe García, han exigido reiteradamente al Ayuntamiento barcelonés, la demolición de las obras en el templo islamista, al considerarlas a todas luces, ilegales.
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El lider vecinal alega que no solamente dichas obras carecen de autorización, sino que, según parece, están afectando seriamente a la estructura del edificio, sito en la calle Erasme Janer, número 11 y que dicha ilegalidad ha sido consentida durante meses por el Consistorio barcelonés, sin atender a las reiteradas quejas y denuncias de los vecinos.
Se da la circunstancia que en el Raval, un barrio que estadisticamente alberga un 50% de población no comunitaria, aunque cifras oficiosas la elevan hasta el 62%, existen otros nueve templos islámicos. Y esta ha sido la gota que ha colmado el vaso, en un barrio pobre y degradado, que se queja de los favoritismos que reciben ciudadanos extranjeros (toda clase de subvenciones económicas, exención de impuestos en los comercios, ausencia de inspecciones laborales, incumplimiento de horarios comerciales...), en particular la comunidad pakistaní, promotora de la mezquita.
Harto del cinismo de la Administración, el barrio del Raval ya no soporta más presión.