Estudio sobre mafias transnacionales en España
Fecha Martes, 21 Diciembre a las 21:58:29
Tema Seguridad Ciudadana


La delincuencia internacional no es un fenómeno nuevo. De hecho, comenzó a implantarse en los setenta, con el declive de la dictadura franquista, la llegada del turismo de masas y la emergente fiebre urbanizadora en Levante y la Costa del Sol.

Carlos Resa, autor de un completo informe sobre la evolución del crimen transnacional, considera que el siguiente paso en la instalación de organizaciones cada vez más potentes se encuentra ligado «a un factor inalterable: el crecimiento exponencial del consumo de drogas ilegales».



La cocaína y el hachís suponen hoy en día el principal vínculo de las  mafias extranjeras en España, «un territorio privilegiado para pasar la droga de África y Latinoamérica a Europa». Además, sigue vigente el factor turismo. «En Marbella y toda la costa hay grandes colonias de extranjeros, y no es posible diferenciar quién es legal o ilegal», expone Resa. 

A juicio de este experto, que durante años vivió en Barbados por encargo de la ONU para intentar «hacer más transparentes» los paraísos fiscales, atajar la actividad de estas bandas por el lado económico tampoco es sencillo. La mayoría blanquea su dinero mediante la compra en metálico -casas y coches, sobre todo- o montando empresas en países del Este europeo, fáciles para simular inversiones y muy complicadas de seguir por parte de la Policía española.

Colombianos. España y Holanda lideran la entrada de cocaína en Europa. Los clanes colombianos dirigen este tráfico en la península y actúan en coor-dinación con el contrabando gallego en la región noroccidental. Los productores sudamericanos ponen la mercancía, sus colaboradores en Galicia abonan los costes del traslado hasta España y la recaudación se divide a partes iguales.

Turcos. Su protagonismo ha disminuido a medida que el consumo de los derivados del opio ha descendido. Controlan el mercado de la heroína. Ordenan su traslado desde las zonas de producción -Irán, Afganistán o Pakistán- y se encargan de su distribución en Europa.

Mafias rusas. Bajo esta denominación conviven grupos delictivos de casi todas las repúblicas ex soviéticas. Sus actividades son muy variadas: desde la prostitución y el tráfico de personas -inmigrantes, ucranios destinados a servir de mano de obra o mujeres del Este que acaban en los burdeles de la geografía española- hasta el robo. Según la policía, los rusos «son más pacíficos», mientras las bandas albanesas, búlgaras y ucranias revisten más peligro y están especializadas en el robo de vehículos y de joyas en domicilios, delito este último que ha sembrado de inquietud a los vecinos de la Costa del Sol.






Este artículo proviene de INICIATIVA HABITABLE
http://www.madridhabitable.org/digital

La dirección de esta noticia es:
http://www.madridhabitable.org/digital/modules.php?name=News&file=article&sid=138