Inmigrantes, “gracias a vosotros el PP continúa creciendo… pero queremos ser muchos más”
Con estas palabras se despachaba la presidenta en un encuentro con inmigrantes en Coslada. Rodeada de ecuatorianos, cubanos o chinos, embaucaba a los que definió como “nuevos españoles” acusando al Gobierno de Zapatero, el más permisivo en materia de inmigración de la historia reciente de Europa, nada menos que de ¡recortar sus derechos! Como contrapartida ofreció a los extranjeros el paraguas del Partido Popular. El único que según sus palabras, puede garantizar a los inmigrantes “la libertad individual de las personas”.
Una campaña sensiblera a favor de la fuga de capital español
El discurso de Aguirre se adapta a los gustos de su nuevo público. Acentuando un tono sobreactuado, parejo al de aquella telenovela llamada La Loba, pasó lista a raídos tópicos como la solidaridad o los espectrales beneficios de la inmigración. Afirmó que “no se puede impedir el trabajo a las personas por su origen” y al borde de su conocida lagrimita, manipuló el recuerdo de los inmigrantes que presuntamente “han dado su vida por España”.
Abundó la presidenta en promesas electorales a favor del colectivo. Dejó claro que el PP cree en la “libertad económica” para que los inmigrantes puedan mandar las remesas de dinero a sus países.
La religión como señuelo y los tontos de capirote
Miguel de Unamuno en un artículo publicado en 1923, describía al tonto de capirote como “el que con un capirote o bonete puntiagudo, hace de tonto en las fiestas. Es un tonto de alquiler y casi oficial”. Como era de esperar en la comedia de Aguirre también estuvieron presentes.
Durante la representación tomó la palabra el “vocero” ecuatoriano Washington Tobar, miembro del Comité Ejecutivo del PP en Madrid, que aludió al “respeto y apoyo del partido a los valores cristianos”. Tobar tuvo la gentileza de mostrarnos a los españoles, lo que sin su ayuda no hubiéramos llegado a ver, que “este país necesita un cambio urgente con pico y pala”.
Tampoco faltaron los palmeros nacionales como Raúl López, portavoz del PP en Coslada, que intenta conseguir gracias a los extranjeros el cargo de alcalde que le han negado los españoles. López prometió que si llega a la alcaldía reforzará el hermanamiento con los pueblos de Rumanía y Latinoamérica y agradeció a la población inmigrante su contribución.
Al fin en Coslada vimos al PP de Aguirre, que en nada se diferencia del de Gallardón, Mariano, Camps o Matas, salvo en qué caudillete opta a la poltrona. El partido que encarna según la presidenta, “la defensa el trabajo, el mérito, la honradez, la familia tradicional y el sano patriotismo” ¿Queda algún parabién en el tintero?
Sobre el trabajo y el mérito del PP y los inmigrantes
A los Tobares, López y Aguirres, habríamos de recodarle algunas cuestiones.
En plena crisis, el Plan de Integración para Extranjeros de la Comunidad prevé un gasto de 7.397 millones de euros para cuatro años, los que van de 2009 a 2012. Según los datos del Informe de Población Extranjera a enero de 2009, vivían oficialmente en la CAM 1.108.920 inmigrantes que representaban en ese momento el 17% de la población total. De estos solo cotizaban a la Seguridad Social 412.415. Esto quiere decir que en la fecha en que comenzó el Plan Aguirre, el 63% de los inmigrantes reconocidos oficialmente en la Comunidad no cotizaban. Cifra que sería aun más descabellada si aplicáramos los datos extraoficiales, más cercanos a la realidad. Mantener cada uno de estos poco más de 400.000 puestos de trabajo para inmigrantes, supone un gasto cuantificable directo con cargo a las arcas autonómicas, que calculado a la baja parte de un mínimo de 17.935 euros por inmigrante que trabaja. Pero el montante final es muy superior.
Hemos de aplicar al menos otros dos sumandos. La aportación estatal y el gasto no cuantificable. Una auténtica riada de dinero público destinado a adecuar servicios como colegios, hospitales o centros de salud, comisarías, juzgados o prisiones. Recordemos como ejemplo, que los inmigrantes han aportado el 83% de los nuevos usuarios de las prisiones de la última década. En cuanto al envío de remesas de dinero al extranjero, que tan firmemente defiende el Partido Popular, suponen una fuga de capital del territorio nacional que ronda los 8.000 millones de euros anuales.
Sobre la honradez, la defensa de la familia y el sano patriotismo de Aguirre
En 2007 la Consejería de Familia y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, ofertó la posibilidad de “realizar la totalidad del proceso transexualizador a través de la Sanidad Pública de la Comunidad”, a extranjeros sin papeles recluidos en cárceles madrileñas. En la oferta se concretaba que “el erario público asumiría la totalidad de los gastos”. La comunicación informaba de que no existía un perfil de características requeridas a las “futuras beneficiarias” y que “contar con una nacionalidad distinta a la española, no era un hecho que impidiera acceder a este servicio”
De esta forma Aguirre, la muy católica defensora de la familia tradicional, anunciaba la apertura de sus Unidades de Identidad de Género para “atender a los transexuales en todas sus necesidades”. Aquel año no tocaba vender ni familia, ni religiosidad, ni mucho menos austeridad y la presidenta no dudó en ir a buscar el ansiado voto, incluso en el tejado del progresismo más trasnochado.
El mal menor suele ser el peor de los males
Esperanza Aguirre encarna a la perfección los valores del partido Popular. Un partido que recorre sin ruborizarse el camino que va desde el cambio de sexo de los delincuentes extranjeros a cargo del contribuyente español, hasta la defensa del modelo tradicional de familia. Que hace gala de su religiosidad como señuelo o la sepulta según convenga. Los capitanes de un “sano patriotismo español”, para una España sin españoles, pero sostenida económicamente a costa de ellos.
Pero la cosa irá a peor. Edward A. Murphy, ingeniero de la Fuerza Aérea de Estados, tras experimentar sucesivos fracasos, formuló en 1942 la máxima que dio origen a las que conocemos como leyes de Murphy, “si hay más de una forma de hacer un trabajo y una de ellas culminará en desastre, alguien lo hará de esa manera”. Se inspira en el principio conocido como diseño defensivo, que aborda la necesidad de anticipar los errores que con toda probabilidad se cometerán.
Tenga muy presente esta acertada fórmula, aquel que buscando el mal menor pueda verse tentado de engordar con su voto la saca de alguno de estos vividores. Su inconsciencia puede llevarles a la Moncloa. Pero en adelante nunca más llegarán solos. Lo harán acompañados de los Washington Tobar de turno. “Nuevos políticos” que han desertado de sus países, dejando tras de sí una corrupción que ha hecho posible que en América del Sur un 20% de la población acapare más del 60% de la riqueza.
Como en Ecuador, donde a pesar de su enorme patrimonio natural que incluye la producción de petróleo, sus “voceros” les han llevado a índices del 38% de pobreza severa y el 13% pobreza extrema. Donde detrás de su presunto “respeto a los valores cristianos”, los varones esconden tal desprecio por la mujer que asociaciones como Ecuadorvolunteer sitúan en un 70% la población femenina que ha sufrido violencia. Extranjeros ejemplares que con tamaño bagaje y haciendo carrera promocionados por el Partido Popular, quieren salvar también a los europeos y enseñarnos como levantar nuestros países “con pico y pala”. |