|
La confederación Española de Policía acusa a Caldera de revalidar los permisos a reclusos, tanto internos con otra personalidad como preventivos sin antecedentes penales, por silencio administrativo.
¿Dónde está la trampa? El truco es sencillo. Gran parte de los reclusos extranjeros que entran en prisión se encuentran en teoría indocumentados, pero en la práctica tienen sus documentos, ya que se encuentran empadronados y la fotocopia de estos está en manos de los ayuntamientos. Y no solo eso, si no que van renovando su permiso de residencia en España durante su estancia en prisión. |
 |
Es usual que los presos posean varias identidades. En ocasiones compadecen ante distintos tribunales con distintos nombres simultáneamente.
Para renovar un permiso de residencia el funcionario de Extranjería debe verificar que el inmigrante aporta el pasaporte para comprobar que no se ha ausentado mas de seis meses del país, el NIE y el informe de vida laboral que certifique que ha cotizado en el último año al menos seis meses. Para evitar este último requisito es muy usual que el inmigrante cotice como autónomo o que pague a un amigo para que cotice por ellos a la seguridad social.
El colmo es que muchos presos preventivos, estos perfectamente identificados, también renuevan sus permisos desde la cárcel. La ley de Extranjería contempla como motivo para no conceder la residencia los antecedentes penales, pero los preventivos, al no recaer sobre ellos sentencia firme, carecen de ellos.
La policía reclama mas tiempo y más medios para poder identificar a los presos con nombre falso y acusa al gobierno de imposibilitar la investigación con su promesa de revisar 400.000 expedientes este septiembre mediante el silencio administrativo. Calculan que de seguir con el proceso aproximadamente el 30% podrá obtener pronto el permiso de residencia permanente, con lo cual aunque luego resulte condenado no podrá ser expulsado.
