Mandos de la Benemérita recibieron el pasado mes de julio una «instrucción política» para que no se detengan «sin papeles» ante el colapso de los servicios, una orden que se extendió el pasado mes de septiembre a la Policía Nacional.
El drama de la inmigración ilegal también tiene efectos colaterales en la plantilla de la Guardia Civil de Almería. De los 1.272 agentes de la Benemérita que prestan servicio en esa provincia, nada menos que 151 -alrededor del 15%- están de baja. |
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La Guardia Civil de Almería «está desbordada» por el incremento de la inmigración ilegal en los últimos tiempos. Las bajas no se han cubierto -«sólo se mandaron 70 alumnos en prácticas»- y la situación ha llegado a tal punto que los mandos de la Benemérita recibieron el pasado mes de julio una «instrucción política» para que no se detengan «sin papeles» ante el colapso de los servicios, una orden que se extendió el pasado mes de septiembre a la Policía Nacional. Esas instrucciones deben ser revocadas de inmediato porque son absolutamente ilegales. Suponen una dejación de funciones ante una actividad ilícita y, además, provocan un claro efecto llamada entre las mafias que controlan la inmigración ilegal, que actúan con mayor impunidad. Aparte de la oleada de pateras, las fuerzas de seguridad almerienses también se enfrentan al drástico aumento de la delincuencia en la provincia, que ha subido un 20% en los dos últimos años.
El drama de la inmigración ilegal también tiene efectos colaterales en la plantilla de la Guardia Civil de Almería. De los 1.272 agentes de la Benemérita que prestan servicio en esa provincia, nada menos que 151 -alrededor del 15%- están de baja. Una cifra muy abultada que resulta todavía más llamativa si se tiene en cuenta que 70 de ellos han dejado de acudir al trabajo por causas psicológicas. ¿Cuál es el motivo de esta avalancha de bajas? «Responden a situaciones de estrés provocadas por la oleada de pateras que está padeciendo la provincia».