Gallardón saca petróleo del coche: 437 millones de euros en 2006, un 60% más El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha encontrado un verdadero filón en el automóvil, tiene previsto recaudar en 2006 algo más de 437 millones de euros por este concepto, lo que significa un fuerte aumento del 60% respecto al año anterior. Pero si los resultados se comparan con 2004, el incremento de los ingresos es verdaderamente espectacular: un 164%. La mayor parte de los nuevos ingresos saldrá de la extensión del sistema de aparcamiento vigilado a los barrios situados en el interior de la M-30. En concreto, Gallardón espera obtener 88 millones de euros de los parquímetros situados en las zonas de estacionamiento vigilado, es decir un 92% más que en el ejercicio precedente.

El mayor incremento de la recaudación en términos relativos, sin embargo, tendrá su origen en un exhaustivo control de los garajes privados, los vados, que supondrán un aumento de los ingresos del 250%, hasta los 37 millones de euros.

Las multas de circulación y el funcionamiento de las grúas municipales también tendrán un efecto relevante en los ingresos locales: 116 millones en el primer caso y 16 millones en el segundo. En total, sumando todo, 437 millones de euros. La fiscalidad del automóvil se convierte, de esta manera, en una de las partidas más importantes del presupuesto municipal. Hay que tener en cuenta que para 2006 el ayuntamiento tiene presupuestado 503 millones de euros por venta de suelo.

La estrategia de Gallardón para obtener mayores ingresos del automóvil está fundamentada en el hecho de que su margen de maniobra para subir los impuestos locales es relativamente bajo al tratarse de tributos estatales. En el caso del Impuesto de Bienes Inmuebles -el principal tributo puesto en manos de los ayuntamientos para su financiación-, lo que hizo la corporación madrileña fue eliminar los coeficientes reductores, ante la imposibilidad de elevar los tipos impositivos por encima de lo legalmente establecido.

La implantación de los parquímetros ha generado una fuerte controversia en algunos barrios de Madrid que no quieren saber nada de pagar por aparcar el coche. Se trata de las mayores protestas vecinales a las que ha tenido que hacer frente Gallardón desde que hace casi tres años entró en la casa consistorial como alcalde.