Condona que algo queda. Esta parece ser la máxima de algunas entidades financieras españolas, que en los últimos años han mirado para otro lado a la hora de recuperar los préstamos concedidos a ciertos partidos políticos. La chispa acaba de saltar ahora, tras desvelarse que la Caixa perdonó algo más de 6,5 millones de euros al Partido de los Socialistas catalanes (PSC); pero la historia viene de mucho más lejos, prácticamente desde los albores del sistema democrático. El Tribunal de Cuentas ha estimado que tan sólo entre 1997 y 1999 las deudas condonadas por parte de las entidades financieras a los partidos políticos ascienden a 19,1 millones de euros. Y ello sin contabilizar otra amnistía que ha entrado por derecho propio en el libro Guiness, como los 4.000 millones de pesetas que les perdonó la gran banca a los promotores de la llamada operación reformista, capitaneada, entre otros, por Miquel Roca y Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid y de ACS.

En junio de 2003, sin necesidad de remontarse más atrás, la Comisión Mixta para las Relaciones con el Tribunal de Cuentas ya denunciaba que siete formaciones políticas –las más representativas del arco parlamentario- habían asumido operaciones de crédito por valor de 5.484 millones de pesetas (casi 33 millones de euros) que en esa fecha estaban “vencidas y no pagadas”, y cuyo cobro es algo más que dudoso si no se cambia el actual modelo de financiación de los partidos.

Lo más curioso es que la declaración fue firmada por los representantes de los mismos partidos que no pagan sus deudas, y se refería a las cuentas del año 2000. Entre sus conclusiones, aparece la necesidad de remitir al Banco de España el informe de fiscalización del Tribunal de Cuentas, se supone que con el objetivo de evitar que las entidades financieras saquen de sus balances los préstamos pendientes mediante la simple condonación de la deuda. El informe del Tribunal de Cuentas se refería al año 2001, pero un año más tarde esos préstamos 'vencidos y no pagados' ascendían ya a 38,1 millones de deuda. Una cantidad verdaderamente significativa si se tiene en cuenta que el conjunto de subvenciones estatales –incluyendo todas las administraciones públicas- ascendieron en 2002 (último año analizado) a 156,6 millones de euros, sólo para gastos ordinarios, ya que los periodos electorales cuentan con dotaciones adicionales.

A día de hoy, esos impagados siguen reflejándose en las cuentas de las entidades financieras, tal como ponen de manifiesto los informes de gobierno corporativo que tienen la obligación de aprobar anualmente. Pero mientras que las cajas de ahorro están obligadas a identificar los préstamos concedidos a los partidos que hayan participado en el proceso de elección de sus órganos de gobierno, los bancos no tienen esta imposición, ya que se trata de acuerdos suscritos con entidades privadas.

De esta manera, se puede comprobar que Izquierda Unida, por ejemplo, tienen deudas pendientes con Caja Madrid que ascienden a 2,33 millones de euros, de los que 884.000 “están en situación vencida”, según el informe de buen gobierno de la entidad. Izquierda Unida y Comisiones Obreras son, además del PP, el principal soporte que tiene Miguel Blesa para mantenerse al frente de la entidad. Según ese informe, el PSOE debe únicamente 108.000 euros a Caja Madrid, mientras que el PP no aparece en la documentación.

Bancaja, por su parte, tiene un saldo pendiente de cobrar de 3,7 millones con el Partido Socialista, mientras que el PP le debe 200.000 euros. Ninguno de estos créditos han vencido, por lo que discurren normalmente. Normalmente, esas deudas se suelen arrastrar de un año a otro, ya que la capacidad económica de los partidos políticos españoles es muy limitada, lo que explica que en estos momentos el Parlamento esté estudiando fórmulas para mejorar su financiación.

De manera adicional, cuatro formaciones (ERC, PCE, PNV y PSOE) vienen cobrando cantidades –que en el año 2001 ascendieron a 4,9 millones de euros- como compensación por los bienes que les fueron incautados por la Dictadura durante la Guerra Civil.