Cuando la madrugada se cierne sobre el recinto ferial de Las Rozas, hay espacio para todo. Entre kilos y kilos de inmundicia, litros de alcohol en sangre y desparramados por las aceras, drogas, peleas, armas de casi todo tipo y mucho (demasiado) acné adolescente, poco margen tiene la capacidad para la sorpresa. También hay espacio para todos. Incluso para los asesinos en potencia. Es el caso de Jochi, dominicano de ¿sólo? 17 años. Su perfil es el de otros tantos chavales que buscan un mal entendido reconocimiento de sus semejantes. Su manera de sentirse partícipes de una sociedad cada vez más desarraigada de unos valores mínimamente «normales» es la violencia. La más cruel. Es lo que entienden él y sus correligionarios «latin kings», «latin brothers», «ñetas» o como quieran llamarse, porque, más allá de matices pseudoideológicos o de nacionalidades, están atados al mismo collar: el miedo por el miedo.

Papel activo de las adolescentes

Además, las chicas que les acompañan juegan también un papel importante. «En cuanto sospechan que puede haber enfrentamiento con fuerza, las mujeres cogen todas las armas; incluso suelen llevar cuchillas de afeitar en la recámara de las baterías de los teléfonos móviles y vidrios muy afilados, en vez de navajas, para no llevar armas blancas como tales, aunque no siempre es el caso. Y, precisamente, a una chica es a quien se le sorprendió la madrugada de ayer con un cuchillo de cocina en el bolso. No era lo único que escondía. En el interior de una libreta de clase, dos folios encabezados con las palabras «Latin Brothers» resumían los preceptos, normas y juramentos que rigen esta escisión de los «latin kings», considerada, junto a los «ñetas», la banda latina más numerosa y peligrosa de las que operan en España. El resumen urgente del documento dice lo siguiente: «Falta leve 200 [los números responden a códigos secretos internos de la organización] de ejercicios: faltar tres veces sin avisar y atrasarse tres días con el dinero de la cuota; falta grave 350 de ejercicios: venir borracho o fumado a las reuniones, robar sin motivo y venir a las reuniones en pantalón corto».

Capítulo de faltas

Asimismo, la normativa prohíbe «el ingreso de menores de 14 años» en la banda, «meterse en líos sin motivos, salvo que sea por la nación o por un «brother»». También a los gestos les dedican otro «artículo»: «En el 320 se debe estar apoyando la mano derecha sobre la izquierda, estando serio y prestando atención a tu «brother», prohibido llevar gorras, apagar móviles o cualquier cosa que pueda interrumpir la reunión». Se añade: «Respetar a tu hermanito y hermanita, respetar a tus superiores y pedir permiso para hablar en el 320 haciendo la señal que le corresponda».El capítulo de faltas muy graves lo componen los siguientes puntos: «Se castigará con amor de 320 a las personas que hablen cosas de la nación a personas indebidas; hacer señales que no correspondan a tu nivel; se debe respetar a las novias de los «brothers»», aunque no se especifica nada, por supuesto, de las propias.