Los chavales madrileños no pueden jugar en los parques de Madrid. "No podemos jugar en las pistas por que siempre están ocupadas y además hay gente que cobra por jugar en ellas". Cada fin de semana el proceso se repite en la capital. Es imposible acceder a las canchas sin pagar el impuesto a las bandas mafiosas, que ronda los 12 euros, o tener un altercado con los administradores de tan peculiar sistema. "Llegamos aquí sobre las doce de la mañana, se hace cola, el que quiera jugar tiene que pagar".

 

Pero el negocio no termina aquí, la venta ilegal de comida preparada sin ningún control higiénico y de bebidas alcohólicas, incluso a menores, forma parte del emporio.

 

Las consecuencias son fáciles de imaginar; navajazos, peleas, molestias a los vecinos, vandalismo, ruidos, destrozos, suciedad…… .

 

¿Cuáles son las zonas mas afectadas?

 

Los parques cercanos a La Vaguada, son objetivo de los corredores de apuestas y los gestores de alquileres ilegales. El asedio se deja sentir especialmente en el Parque de los Pinos, en las pistas de volley, baloncesto y fútbol sala.

 

Pintor Rosales, posiblemente la zona más importante de aglomeración de la comunidad ecuatoriana en Madrid. Desde hace meses es imposible acceder a las zonas deportivas sin pagar.

 

La Arganzuela, cercano a la glorieta de Pirámides es el punto de encuentro de los inmigrantes del sur de Madrid. Cada fin de semana los desórdenes causados por los grupos de inmigrantes han obligado a los vecinos del barrio abandonar este parque.

 

Los madrileños nos vemos cada día empujados a ceder uno a uno nuestros derechos, ante la dejación absoluta de las autoridades. Hoy, ni nosotros ni muchos de nuestros hijos, podemos sencillamente pasear o jugar en los parques públicos. Muchos no podemos dormir debido a la cercanía de uno de estos epicentros de continuo conflicto. ¿Hasta donde tendremos que dejar que llegue esto?