Es un mito eso de que nosotros, los Europarlamentarios, defraudamos con nuestros gastos. No tenemos por qué. Todas nuestras asignaciones económicas son dadas sin condiciones, sin necesidad de facturas ni recibos. No hay nada que ocultar. “Ah, ¿así que tu eres un Europarlamentario no?” dice la gente. “Sabemos todo sobre vosotros: dinero fácil, viajes en primera clase, vida de lujo”. Pero la sociedad no se entera de lo que pasa.

Un Europarlamentario que viaja con una compañía aérea barata y que duerme en la cama de la oficina en realidad se esta comportando peor que uno que viaja en primera clase. Déjeme que les explique.

Cuando viajas desde tu distrito a Bruselas o Estrasburgo, se te paga en base a la tarifa más cara (billete más caro) para ese viaje, más una asignación por “Kilometraje” que no tiene nada que ver con la forma en la que viajes. Si viajas con tarifa cara, al final terminas sacando unos euros extra (unos 200) Pero, si estas dispuesto a viajar de la forma mas barata, puedes sacarte unos 1500 euros a la semana- libres de impuestos, dado que en tema fiscal esto se cuenta como un gasto y no como un ingreso.

Además tenemos una asignación diaria por asistencia: 262 euros al día, de lunes a viernes. En teoría, esto es para pagar las comidas y el alojamiento. Pero la forma inteligente aconseja comprar un apartamento, y subarrendar una habitación. Con suerte te dará para la hipoteca y te llevas a casa 1500 euros a la semana libres de impuestos de nuevo. Por cierto, olvídate de pagar las comidas. Si tienes hambre, extiendes el brazo y haces una seña a un encargado. Todo muy fácil.

Lo mismo cuando se trata de la asignación para el staff (staff es el equipo de trabajo al mando de una persona), ahora mismo esta en 14000 euros al mes. Esta cantidad aunque parezca increíble, es bastante segura. Unos 120,000 euros pueden ser para tu mujer, siempre y cuando la describas como tu segunda secretaria. Esta práctica es bastante común entre los Europarlamentarios ingleses. “¿Qué pasa con vosotros los ingleses?” me preguntó una vez un compañero francés. “Contratáis a vuestras mujeres y os acostáis con vuestro staff (empleados)”.

Dejarme que os diga también que muchos Europarlamentarios se comportan de forma impecable, y sus mujeres a menudo trabajan más duro que muchas secretarias… organizando la agenda en las tardes de domingo, cogiendo llamadas mientras esperan a la puerta del colegio… Pero el caso es que no necesitan hacer esto. El sistema se basa en unas sumas de dinero que se te da para que te las gastes como tú quieras.

Por ejemplo, recibimos unos 3200 euros al mes como una asignación para lo que se llama “gastos generales”. En teoría, esto es para cubrir gastos relacionados con nuestro trabajo en el parlamento, como la renta de la oficina, gastos de correo y gasolina. En la práctica, esto nunca es auditado y muchos Europarlamentarios reciben esta asignación directamente en sus cuentas corrientes.

Nunca nadie pregunta por recibos, aunque de vez en cuando Parlamentarios Euro-escépticos son presionados por las autoridades financieras.

Por escribir este artículo me estoy garantizando que voy a ser acusado de alguna infracción. Entonces os preguntareis… ¿por qué lo estoy haciendo? Y la respuesta es porque quiero que veáis la realidad del sistema de Bruselas. Con la nueva constitución europea, traspasaríamos nuevos poderes a la Unión Europea (EU/UE). Antes de hacer eso, seria razonable mirar como la Unión esta utilizando los poderes que ya tiene ahora. Los Europarlamentarios parecen incapaces de hacer frente al fraude tremendo de los programas de gastos de la UE. Se han negado en repetidas ocasiones a poner su casa en orden. Ahora se nos propone, con la Constitución Europea, que esta misma gente se ponga al mando de nuestro sistema legal, nuestras fronteras, nuestros impuestos y nuestras fuerzas del orden.

No es que los Europarlamentarios hayan fallado en poner las cosas en orden. Todo lo contrario, todos los años el presupuesto contiene una corrección que relaciona asignaciones monetarias con los gastos incurridos, pero cada año es denegada. Es cierto que el parlamento indicó el año pasado que reformaría el sistema de gastos, pero solo si se produce una subida en los sueldos. Que nos den más pon encima de la mesa, dicen los Europarlamentarios, y ellos estarán dispuestos a coger menos por debajo de la mesa.

Cada vez que se plantea una reforma se juega a un juego muy estudiado. Los Europarlamentarios se declaran a favor de la reforma hasta el último minuto, entonces encuentran una razón técnica para votar en contra. A veces se equivocan con los cálculos. Durante la última sesión había una propuesta para ampliar el seguro sanitario gratuito a los Europarlamentarios. En la sala, podías ver a la gente analizando que posiciones tomaba los otros. Estaban tratando de calcular si la propuesta iba a obtener un apoyo mayoritario, de manera que esto les permitiera votar “no” a ellos sin parar la propuesta. Muy divertido, demasiada gente hizo los mismos cálculos y fue rechazada por unos pocos votos. Nunca había visto al hemiciclo tan apenado.

No tienen por que preocuparse. La propuesta seguro que vuelve a salir y, antes o después, os puedo asegurar que será aprobada. Después de toda la retórica formal, os aseguro que los ingresos de los Eurócratas van a seguir moviéndose en la misma dirección.

Daniel Hannan

Europarlamentario Inglés

Daniel Hannan, nació en Lima, Perú en 1971. Licenciado en Oxford, ha sido Director del European Research Group hasta 1999, Consejero especial de Michael Howard hasta 1998 y en la actualidad editorialista del The Daily Telegraph, trabajo que viene desempeñando desde 1996. Destacado miembro del Partido Conservador Británico. Desde las elecciones de 2004 es elegido Parlamentario Europeo perteneciendo a la Comisión Presupuestaria y a la Comisión de Justicia e Interior.