La prevención hacia el fenómeno de la inmigración se incrementa en proporción similar al aumento del número de extranjeros en España, y aunque los españoles no reconocen su animadversión hacia ellos de forma explícita son contundentes en una percepción: hay demasiados inmigrantes. Ésta es una de las conclusiones del barómetro de mayo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), entregado ayer al Parlamento por la secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes
Un 53,3 por ciento de los encuestados considera que los extranjeros residentes en España, es decir, los 3.300.000 que estima el Instituto Nacional de Estadística (INE) entre inmigrantes legales y sin papeles, son demasiados. Este dato es aún más revelador si se lo compara con el último estudio equivalente del CIS, de hace un año, cuando quienes decían que los extranjeros eran muchos alcanzaban el 47,8 por ciento. Es decir, en sólo un año, ha aumentado 5,5 puntos el número de españoles que perciben que en España, con un 7,5 por ciento de población extranjera, ya hay demasiados inmigrantes. Un año antes, la estimación sobre el número de inmigrantes en el país era ligeramente inferior, del 46,26 por ciento.
En la lista de problemas de los españoles, por otra parte, la inmigración ha pasado de ser el séptimo a alcanzar el quinto lugar del escalafón. Y otro dato en el mismo sentido: a la pregunta de “¿qué le parece el número de personas procedentes de otros países que viven en España?”, en mayo del 2003 un 47,8% de los encuestados decía que eran demasiados y un 40% los consideraba bastantes pero no demasiados.
Ahora, ha bajado al 36% el porcentaje de quienes creen que son bastantes pero no demasiados. Sólo un 3,3 por ciento cree que son pocos, un punto menos que hace un año. Además, un 49,6 por ciento cree que en los próximos años el número de extranjeros en España aumentará mucho.
En lo que los españoles parecen no haber cambiado de opinión respecto al 2003 es a la hora de decir el tipo de política que aplicarían hacia los trabajadores inmigrantes. Un 85 por ciento de los encuestados, tanto antes como ahora, es partidario de permitir la entrada sólo de aquellos que tengan un contrato de trabajo. Sólo un 7,2%, el mismo porcentaje que el año anterior, es partidario de no poner ningún obstáculo legal. Por si fuera poco, un 55,3 de los españoles consideran nuestras leyes demasiado o más bien tolerantes, y sólo un 14,4 demasiado o más bien duras. Un 12% cree que son correctas en los actuales términos.
Pese a estos datos, las opiniones son mucho más benévolas cuando se habla genéricamente, y un 89,3 por ciento proclama que toda persona debería tener libertad para vivir y trabajar en cualquier país, aunque fuera el suyo. También un 75,2 por ciento proclama que no le importaría nada que sus hijos compartieran en el colegio la misma clase con niños de familias inmigrantes extranjeras. Un 53,7 por ciento cree que España necesita trabajadores inmigrantes, y un 51,5 por ciento está convencido de que la mayoría de los que llegan a España tienen la intención de quedarse definitivamente a trabajar y a vivir en el país.
La visión que los españoles tienen de la forma en la que viven los inmigrantes en España está muy dividida, ya que son tantos los que creen que viven bien (un 33,7%) como los que dicen que viven mal (un 34%). Un 3,4% piensa que viven muy bien y un 9,4%, que viven bastante bien. Más que los que creen que viven bastante mal, un 8,1%, o muy mal, un 2,8%.
Un 79,7 por ciento cree que los inmigrantes desempeñan trabajos que los españoles no quieren hacer, lo que no impide que un 62,3% opine también que, al aceptar sueldos más bajos, los trabajadores extranjeros hacen que bajen los salarios de los españoles.