|
Hace unos meses Madrid Habitable se reunió con asociaciones de vecinos, para tratar el tema del comercio ilegal, incumplimiento de horarios y venta al por mayor. Este último problema incide especialmente en el caso de Lavapies. Cuando estudiábamos las posibles acciones jurídicas a emprender, Gallardón anunció un plan para acabar con la situación. Meses después hemos comprobado como en calles de Lavapiés han cerrado casi todos sus comercios, que han sido reabiertos como tiendas de venta al por mayor de ropa y marroquinería. No sólo no ha llevado a cabo ninguna reubicación, sino que además sigue concediendo nuevas licencias. Madrid Habitable pide al alcalde la puesta en marcha de forma inmediata de las medidas anunciadas y el cese de la concesión de nuevas licencias y estudia emprender acciones de protesta con los colectivos damnificados, si continúan los incumplimientos. |
 |
El gran aumento del número de estos locales, regentados en su mayor parte por inmigrantes chinos, está produciendo un auténtico colapso en determinadas zonas. Son locales a los que cada 10 minutos o menos, llegan furgonetas a descargar mercancías. El problema es que la mayoría de las calles de la zona centro son de sentido único y no hay espacio nada más que para un solo vehículo. El resultado es que cada vez que una furgoneta de reparto se para en la calle esta queda literalmente cortada todo el tiempo que dura la descarga. Si multiplicamos los minutos que dura una descarga por los locales de venta al por mayor que según algunas estimaciones hay en Lavapies, nos podemos hacer una idea de la magnitud del problema y de la situación de crispación permanente en la que se encuentran los vecinos de dicho barrio.
Pues bien, hace unos meses el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, anunció que el Ayuntamiento iba a poner en marcha un plan para acabar con esta situación. En el plan incluía medidas como la expropiación de determinados locales, a los que se les daría la opción de trasladarse a polígonos industriales; no conceder más licencias a locales de este tipo en la zona de Latina-Tirso de Molina, etc, etc, etc... Al señor Gallardón se le olvidó decir también, (igual lo dijo pero tan bajito que no le oímos) lo de que por el mar corren las liebres y por el campo las sardinas, tralará, tralará.
Meses después de su pomposo plan hemos podido ver como en calles, como la de la Magdalena, han cerrado casi todos sus comercios que han sido reabiertos como tiendas de venta al por mayor de ropa y marroquinería. En la calle Ave María en tres o cuatro meses han abierto más de una docena de mayoristas chinos, la mayoría a costa de negocios tradicionales. Es decir, que el ayuntamiento no sólo no ha llevado a cabo ninguna reubicación, sino que además sigue concediendo masivamente licencias. El fenómeno no se detiene, aumenta pues a pasos agigantados y con la colaboración de aquellos que deberían frenarlo.
Otro punto a tener en cuenta a la hora de valorar el impacto de este tipo de negocios es que suelen ser el destino final de la mayor parte de la ropa y objetos que se fabrican en talleres ilegales en los que se explota a inmigrantes sin papeles, incluidos niños, que soportan interminables jornadas de 12-14 horas. También en demasiadas ocasiones, los mayoristas chinos, han sido acusados de opacidad en sus cuentas y en defraudar por sistema al fisco.
Con su actitud incomprensible, Galardón no sólo está amargando la existencia a nuestros vecinos de Lavapies, está fomentando también la economía sumergida en detrimento de los negocios tradicionales, esos que pagan impuestos y cumplen los convenios laborales de sus empleados. Esperamos que el señor Galardón no olvide nunca que la sociedad en la que vivimos se sustenta gracias a esos vecinos que pagando impuestos y respetando las leyes permiten que se construyan carreteras y hospitales, permiten que nuestros mayores cobren sus pensiones y que al final de cada mes el Alcalde y sus secuaces reciban puntualmente su sueldo.
