En Alicante nacen mas niños extranjeros que españoles
Inmigración

Algún día tenía que ocurrir y en algún sitio tenía que ser. Alicante se convierte en la primera provincia española en la que los nacimientos de niños hijos de extranjeros superan a los de niños hijos de españoles. Este vuelco ha ocurrido en un plazo menor a cinco años. Las cifras que revelan Ana María Ortiz e Ildefonso Olmedo en su reportaje para “El Mundo” son demoledoras. La situación está fuera de control y hasta los más optimistas dudan ya de que tal cantidad de inmigrantes puedan ser integrados.



ALICANTE MARCA UN HITO
 
Por primera vez en España, que ha superado los 43 millones de habitantes, en una provincia han nacido más hijos de inmigrantes que de españoles. A la capital alicantina llegan diariamente “turistas” que acaban en el paritorio.
 
Ana María Ortiz
Ildefonso Olmedo
 
Hospital General de Alicante. Sala de partos. 18 de mayo de 2004. Nada más ver la luz, en cuanto el pequeño Ilias agarró su primera llantina, su padre, Mohamed, lo cogió entre sus brazos. Acercó los labios primero a la oreja derecha del bebé y le susurró, en árabe, la llamada al rezo, el mismo cántico que los muecines entonan desde las torres de las mezquitas para congregar a sus fieles. Inmediatamente después, esta vez al oído izquierdo, Mohamed le recitó a Ilias la oración completa: ”Que Dios es grande, único, que Mahoma es su profeta...”, vino a decirle apresuradamente al recién nacido. Cumplía así al pie de la letra la tradición que marca cuáles son las primeras palabras que debe escuchar todo buen musulmán justo en el momento de su llegada al mundo.
 
            Mohamed el Jaafari, 37 años, cree que escenificó el rito con tanta discreción que ni siquiera los doctores que atendían el parto se enteraron de lo que hacía. Y de haber llegado a los tímpanos del equipo médico, tampoco se hubieran sorprendido. No es noticia que la afluencia de mujeres inmigrantes a las maternidades españolas (y con ellas distintas formas culturales de afrontar el parto) forman ya parte de la normalidad. Pero sí lo es, y de primera plana, lo que últimamente ha venido sucediendo en Alicante, donde ha nacido el hijo de Mohamed.
           
            La ciudad, y toda la provincia, ha sido durante unos meses protagonista de un hecho demográfico extraordinario, totalmente desconocido hasta ahora en nuestro país, y que ninguna proyección poblacional ha sabido prever.
 
            Resulta que en los últimos meses el número de niños hijos de extranjeros inscritos en el Registro Civil de Alicante ha superado al de los hijos de españoles. La proporción ha sido de seis bebés inmigrantes por cada 10 registrados. Un hito. El ascenso de los inmigrantes en las estadísticas de natalidad viene siendo imparable en los últimos años pero parecía lejano el momento en que los de fuera vencerían. “ Una bomba”, dice Vicente Gonzálvez, Catedrático de Geografía en la Universidad de Alicante y estudioso de las coordenadas que relacionan inmigración y nacimientos. “Son datos fuera de toda lógica a los que no puedo encontrar explicación”, se encoge de hombros el experto.
 
            Los funcionarios del Registro Civil de Alicante comenzaron a palpar el fenómeno durante el verano pasado. “Las colas para apuntar a los niños”, explica el propio secretario judicial del Registro, “parecían más las de la oficina de Extranjería que las del Registro Civil. Fue para todos una situación desconcertante”. Por eso comenzaron a contarlos uno a uno, hasta constatar que la proporción del 60 % venía repitiéndose desde mayo. Así, si el año pasado en Alicante ciudad rubricaron 3675 nacimientos, este año podría cerrarse con una cifra cercana a los 4000. Si tenemos en cuenta el cómputo global  de todo el 2004, los hijos de extranjeros supondrán el 40 % del total de nacimientos.
 
            Tal ha sido la concentración de inmigrantes a punto de dar a luz en Alicante, que incluso muchas parturientas tuvieron que ser desviadas a hospitales de las cercanas ciudades de Elche y San Juan. Y, según fuentes judiciales, la situación vivida en la capital se ha reproducido en toda la provincia. Mohamed, que sabe que su hijo Ilias ha formado parte de este pequeño milagro, lo celebra con alborozo. “Me parece fenomenal”, “y un poco mal por parte de los españoles, que de un modo u otro están perdiendo la familia”.
 
            El caso de Alicante, al que los expertos no encuentran una explicación contundente, es una muestra de cómo en España el empuje del fenómeno inmigratorio es tal que desborda cualquier previsión demográfica. Sobran ejemplos de ello. Hace tan solo tres años, cuando en nuestro país se contabilizaban 1.400.000 extranjeros, los demógrafos preveían que hasta 2025 no se alcanzaría la cifra de 2.250.000. Pero hoy, cuando aún faltan dos décadas para la fecha marcada, el número ya supera con creces lo previsto. En enero de 2003 (datos del padrón) los inmigrantes eran 2.664.168. Hace tan sólo cinco años, el INE aseguraba que España tendría problemas para cruzar la barrera de los 40 millones de habitantes, y decía que la población española alcanzaría su tope en el 2009 con 39,8 millones. Esta misma semana se ha celebrado que ya somos 43 millones, 500.000 habitantes más que el año pasado. Gracias a la inmigración.
 
            María José Lorenzo, matrona, lleva 32 de sus 53 años asistiendo partos en el Hospital Comarcal Virgen de los Lirios, en Alcoy, en el norte de Alicante. Una de las zonas dentro de la provincia, donde la inmigración tiene menor presencia. Aún así, la llamativa estadística sobre los alumbramientos de extranjeros en su provincia no le llama especialmente la atención. Lo que dicen los números lo ha intuido a pie de paritorio. Cuando comenzó, tres décadas atrás, tener una paciente que no fuera española era un hecho extrañísimo. Todo un acontecimiento dentro del hospital. Hasta tal punto, que aún recuerda los casos que asistió en los 70: alguna portuguesa de paso, sorprendida por los dolores de parto mientras trabajaba en el mercadillo local. O aquella rusa que rompió aguas dentro de la carpa del circo itinerante que pasaba por el pueblo. Hoy no sólo es experta en hacerse entender ante las árabes o rumanas. Sabe también mucho de cómo las diferentes culturas se enfrentan al momento del parto. Las sudamericanas, por ejemplo, prefieren parir sentadas o semisentadas. Las árabes, con la cabeza cubierta con un velo o un pañuelo tal y como manda el Corán. “Una mujer sólo puede descubrirse delante de su familia”, explica Mohamed, cuya esposa Tourya también dio a luz cubierta.
 
            En el hospital de María José el porcentaje de madres extranjeras es del 15%. En la maternidad de Orihuela, también en Alicante, donde trabaja María Paz de Miguel, matrona y licenciada en Antropología, Geografía e Historia, duplican esa cuota. El año pasado asistieron a 750 extranjeras (un 31 % de todos los partos) de 50 países diferentes. “Tenemos de los cinco continentes”, explica, “hasta de países que te cuesta ubicar en el mapa: Surinam, Tailandia, Islandia, Australia...”. Por eso la experta titula alguna de las conferencias que da sobre el asunto Trabajando en un babel.
 
POBLACIÓN FLOTANTE
 
En toda España, el año pasado, el número de nacimientos de madre extranjera se situó en 53.306, el 12, 2 % del total. Curiosamente fueron las marroquíes las que más hijos tuvieron (10525)  por delante de las ecuatorianas (10.406), pese a que estas últimas las duplican en número. Y aunque los porcentajes de Alicante superan la media nacional (un 16 % de hijos de la inmigración de un total de 14.000 partos en 2003), a primera vista resulta incomprensible que la estadística haya dado un salto tan gigante en tan poco tiempo ¿Qué puede explicar que entre mayo y octubre de este año haya llegado al 60 %?  “Hay muchos quizás”, dice una voz del Registro Civil de Alicante, “”quizás porque en ese periodo hay mucha población flotante en Alicante, quizás porque haya muchas parturientas en el barco que diariamente llegan de Orán (Argelia), quizás porque muchas visitas turísticas terminan en los paritorios...”
 
            Jamal Chaibi, responsable de inmigración de CCOO en Alicante, arroja luz al fenómeno recurriendo a lo que se denomina la presunción de nacionalidad. “ Según la ley española los hijos de inmigrantes toman la nacionalidad de sus padres. Pero sucede que muchos países sudamericanos no reconocen a los niños nacidos fuera de sus fronteras. Por eso, en estos casos, para evitar que los pequeños se conviertan en apátridas, si se les concede la nacionalidad española”, explica. Y como quiera que la Convención Internacional de los Derechos del Niño dice que a ninguno se le puede privar de los cuidados del padre, muchos inmigrantes buscan con ahínco un hijo español o lo que es lo mismo, un visado hacia la legalidad.
 
            La maternidad/paternidad concebida como pasaporte hacia la regularización. Partiendo de esta premisa se establece una lógica ecuación: a más inmigración sin regularizar más nacimientos. Y en este terreno, el de la ilegalidad, Alicante se lleva la palma. “Es la primera provincia en porcentaje de inmigrantes sin papeles”, explica Carlos Gómez Gil, profesor de Análisis Económicos en la Universidad de Alicante, experto en Cooperación y Extranjería. Las cifras que él maneja hablan de 150.000 sin papeles frente a los 115.000 documentados.
 
            Sea el caso de Alicante un espejismo o la eclosión de una tendencia con visos de consolidarse es algo que dirá el tiempo. Pero, cuanto menos, el asunto invita al seguimiento y a la reflexión. ¿Es posible que su modelo se reproduzca algún día en toda España? ¿Llegará el momento en el que los nacimientos de hijos de extranjeros superen a los de españoles? “Es muy raro que eso llegue a suceder. A largo plazo puede ocurrir cualquier cosa porque la fecundidad española es baja y el aumento de la inmigración, fuerte. Pero pasar del 12 % al 50 % son palabras mayores”, dice Joaquín Arango, ex director del CIS, ahora al frente del Centro de Estudios sobre Ciudadanía y Migraciones del Instituto Universitario Ortega y Gasset.
 
LA ESPAÑOLIZACIÓN
 
Arango dibuja un panorama de futuro en el que la natalidad de los inmigrantes seguirá aumentando, pero a un ritmo mucho más lento que en los últimos años. “Habrá dos tendencias contradictorias”, explica, “por un lado los procesos de reagrupación familiar, que son esperables, tenderían a aumentar la natalidad. Pero en sentido inverso, con el paso de los años las madres extranjeras se aproximarán a las pautas de fecundidad españolas”.
 
            Mohamed el Jaafari y su esposa Tourya son un buen ejemplo de lo que apunta el experto. En cierto modo se puede decir que se han españolizado. De no ser por sus nombres, su retrato es el prototipo de una pareja española cualquiera. Él que lleva 14 años en España, regenta una tienda dedicada a la compra venta de artículos de segunda mano. Ella, ocho años de estancia en nuestro país, es ama de casa. Se conocieron en Alicante hace cuatro años. Tienen 37 y 35, respectivamente, casa e hipoteca. Tuvieron su primer hijo, Yousra, hace tan solo 17 meses, superados ambos la treintena. Y hasta pronuncian aquello de “de momento nos quedamos con la parejita” cuando se les pregunta cuánto piensan ampliar la familia. “Tendremos alguno más, pero dentro de tres o cuatro años. No por dinero, porque pensamos que los niños vienen con un pan debajo del brazo, sino con el tiempo”.
 
            Igual de cauteloso que Joaquín Arango se muestra Diego López de Lera, demógrafo, miembro del equipo investigador de Sociología de las Migraciones de la Universidad de A Coruña a la hora de aventurar el mañana. “La migración es la variable que menos se puede controlar dentro de las previsiones demográficas”, asegura. Así que cuando se trata de buscar una pista de lo que puede ser el futuro inmediato él mira a las salas donde se celebran matrimonios. “En Canarias por ejemplo, los nacimientos de madre extranjera son el 12 % del total, pero los matrimonios en el que alguno de los cónyuges es de fuera son ya el 20 % y es lógico pensar que estas parejas tendrán algún hijo en 2005”.
 
            En cualquier caso, el momento más inmediato para pulsar la presencia de los inmigrantes en las maternidades españolas llegará dentro de tan solo unos días. Como viene siendo tradición en los últimos años, los medios de comunicación reproducirán las instantáneas de los primeros nacidos del año. ¿Serán también más los hijos de inmigrantes?
 

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