El nuevo código de la edificación que se aprobará en el 2005 y será plenamente efectivo en el 2006 ha vuelto a poner en el candelero una de las energías renovables con más potencial en España y a la vez más infravalorada, la energía solar. Países como Alemania, con menor insolación al año que nosotros presenta índices de aprovechamiento 10 veces superiores.

 

Las ayudas que se han venido concediendo hasta ahora se han mostrado insuficientes para estimular el crecimiento de la energía solar, dado el alto coste de instalación. La nueva normativa hará obligatorias las placas solares para calentar agua sanitaria en inmuebles de nueva construcción o que se rehabiliten. Se da la circunstancia de que esta nueva legislación no ha sido iniciativa del gobierno sino que ha sido la necesidad de adaptarse a una normativa de la UE de obligado cumplimiento en el 2006, la que ha provocado su promulgación.

Demasiado tarde, en todo caso, para las 500.000 viviendas anuales que en los últimos diez años se han venido construyendo. El gobierno español no debería esperar de nuevo a que desde Bruselas nos tiren de las orejas y debería añadir una nueva normativa para viviendas ya construidas en la que se les de un plazo razonable para instalar placas solares. Si en esa legislación se incluyera también a locales comerciales el impacto sería muy importante.

 

No obstante todavía queda alguna piedra en el camino y las primeras alarmas de fracaso ya están sonando. Juan Fernández, presidente de la Asociación Solar de la Industria Térmica (ASIT) ha señalado que “el borrador presenta grandes lagunas, como que haya territorios del norte en los que no serán obligatorias las instalaciones solares térmicas. Si no se cambia será un grave error, se tiraría por la borda la eficacia del plan”.

 

Otro toque de atención ha llegado desde la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF) a través de su presidente, Javier Anta. Según él, “la energía fotovoltaica es seis veces más cara que la hidraúlica, la térmica o la eólica. Si hay apoyo oficial, la industria está en condiciones de seguir bajando el precio al menos un 5% cada año. Incluso mucho más porque cada vez que se duplica la implantación de las placas se reduce el coste en cerca de un 20%. Ahora a nivel mundial se duplica cada tres años”.

 

El objetivo del plan de fomento de energías renovables, en relación a la energía solar, es de 143 megavatios de potencia instalada para el 2010. La industria fotovoltaica ya ha pedido al gobierno que lo aumente. “Creemos” dice Anta, “que debería revisarse hasta los 1000, instalando cada año el doble que el anterior. Es un gran reto, pero estamos en condiciones de afrontarlo con el apoyo de la sociedad en general y a través de las Administraciones”.

 

El aumento del precio del petroleo, su previsible escasez a medio plazo y la contaminación que produce nos hacen replantearnos, queramos o no, nuestro modelo energético. En manos del gobierno está que este replanteamiento se haga de una forma ordenada y organizada y no en el marco de una crisis energética global donde el trauma para la sociedad española sería inevitable.